Miércoles, 24 de septiembre de 2025
Seguro que ya has experimentado con la realidad virtual, una tecnología inmersiva que ha revolucionado el ocio, por ejemplo, en videojuegos. Pero esta tecnología tiene otras muchas aplicaciones, entre ellas, la de ser una herramienta clave para acelerar la transición energética. ¿Quieres descubrir cómo la realidad virtual puede contribuir y qué retos enfrenta?
La realidad virtual es una tecnología que permite al usuario sumergirse en un entorno digital simulado, generando una experiencia inmersiva que puede ser similar o completamente diferente al mundo real. Esta tecnología, que combina hardware y software avanzados, está transformando sectores como el ocio, la educación y la energía, pero también plantea preguntas sobre su sostenibilidad y su impacto ambiental. A través de dispositivos específicos, como gafas o cascos, el usuario percibe un entorno tridimensional generado por ordenador, interactuando con él de una manera que simula la presencia física. A diferencia de la realidad aumentada, que superpone elementos virtuales sobre el mundo real, la realidad virtual crea un entorno completamente nuevo, aislando al usuario de su entorno físico inmediato para sumergirlo por completo en la simulación.
El funcionamiento de la realidad virtual se basa en la combinación de hardware y software avanzados para simular entornos digitales inmersivos, engañando a nuestros sentidos mediante dispositivos de visualización como cascos o gafas con pantallas de alta resolución, sistemas de seguimiento que rastrean los movimientos del usuario para ajustar la perspectiva en tiempo real, y controladores que permiten la interacción manual, todo ello orquestado por un software que genera el entorno 3D, logrando así una profunda experiencia multisensorial. Sin embargo, esta infraestructura tecnológica requiere un procesamiento intensivo de datos en tiempo real, lo que depende de centros de datos que consumen grandes cantidades de energía. Esto plantea desafíos en términos de sostenibilidad y eficiencia energética.
La realidad virtual está demostrando ser una herramienta versátil con un enorme potencial para acelerar la transición energética en múltiples frentes. Desde la integración de energías renovables hasta la optimización de procesos en el sector energético, esta tecnología inmersiva está redefiniendo cómo diseñamos, operamos y gestionamos infraestructuras energéticas:
Permite simular entornos peligrosos o complejos, como subestaciones eléctricas, parques eólicos o plantas de hidrógeno, para entrenar a técnicos y operarios de forma segura y eficiente. Esto reduce riesgos, costes y tiempos de aprendizaje. Por ejemplo, la formación en mantenimiento de turbinas eólicas, que puede ser costosa y peligrosa en el mundo real, pero se vuelve accesible y segura en un entorno virtual.
Ingenieros y urbanistas pueden visualizar y optimizar el diseño de parques solares, eólicos o redes de distribución antes de su construcción. Esto facilita la identificación de problemas, la mejora de la eficiencia y la reducción de errores, lo que se traduce en ahorros significativos.
Los técnicos pueden utilizar la realidad virtual para acceder a modelos 3D de equipos complejos, superponiendo datos en tiempo real para diagnosticar problemas o guiar reparaciones de forma remota, reduciendo la necesidad de desplazamientos y optimizando los tiempos de inactividad.
Aquí, la realidad virtual puede transportarte a una planta de energía renovable o explicarte el funcionamiento de una red inteligente de manera inmersiva y atractiva, fomentando la aceptación social de nuevas infraestructuras y promoviendo hábitos de consumo energético responsable.
Permite visualizar flujos de energía en edificios o procesos industriales, identificando puntos de fuga o ineficiencias para proponer mejoras.
Aunque la realidad virtual tiene un enorme potencial para impulsar la transición energética, también plantea desafíos importantes. La operación de sistemas de RV y la fabricación de sus dispositivos demandan una considerable cantidad de energía y recursos, generando residuos electrónicos. Es crucial que la industria de la RV adopte principios de diseño ecológico, optimice la eficiencia energética y explore modelos de economía circular para sus componentes, asegurando así que esta tecnología sea un verdadero aliado en la construcción de un futuro energético sostenible.
La implementación de la realidad virtual en el sector energético conlleva una serie de beneficios que impulsan la transición. Desde la reducción de costes hasta la mejora de la eficiencia operativa, esta tecnología inmersiva está ayudando a descarbonizar el sector energético y a integrar de manera más eficiente las energías renovables
Al optimizar el diseño, la formación y el mantenimiento, la realidad virtual puede generar ahorros significativos. Por ejemplo, la formación con realidad virtual puede reducir los costes hasta en un 70% en comparación con los métodos tradicionales.
Permite practicar procedimientos de alto riesgo en un entorno seguro, minimizando accidentes y mejorando la preparación del personal. En España, la siniestralidad laboral sigue siendo una preocupación, con más de 620.000 accidentes de trabajo con baja registrados en 2023.
Facilita la experimentación con nuevas tecnologías y modelos de negocio, acortando los ciclos de desarrollo y la puesta en marcha de proyectos.
Optimiza procesos, reduce tiempos de inactividad y mejora la toma de decisiones basada en datos visuales y simulaciones precisas.
Al optimizar el uso de recursos, reducir desplazamientos y mejorar la eficiencia energética.
Sin embargo, para maximizar estos beneficios, es necesario abordar los desafíos asociados al impacto ambiental de la realidad virtual, como el consumo energético de los centros de datos y la huella hídrica de su infraestructura tecnológica
En Moeve somos conscientes del potencial transformador de la realidad virtual y otras tecnologías emergentes para la transición energética, así como de los desafíos que estas tecnologías pueden plantear. Por ello, nuestro Centro de Innovación está comprometido con la integración de energías renovables en nuestras operaciones, la investigación en eficiencia energética y el desarrollo de soluciones sostenibles que minimicen el impacto ambiental de la realidad virtual. Aquí, equipos multidisciplinares de ingenieros, científicos, desarrolladores y expertos en energía colaboran para crear simulaciones avanzadas que permiten:
En definitiva, el Centro de Innovación Moeve nos ayuda en la implementación de soluciones energéticas más eficientes y sostenibles y posiciona a nuestros parques energéticos como modelos de vanguardia para construir un futuro energético más sostenible, seguro y resiliente para todos. Todo ello, sin olvidar que debemos seguir investigando en la reducción de la huella ambiental de la realidad virtual para que sea verdaderamente una aliada en la transición energética.
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