Jueves, 4 de septiembre de 2025
Seguro que sabes cuál es la diferencia entre energías renovables y no renovables, pero… ¿sabrías distinguir las energías primarias de las secundarias? Aunque esta clasificación de tipos de fuentes de energía sea, quizás, menos conocida, te resultará útil conocerla para comprender mejor la red que conforma nuestro sistema energético global.
Mientras que las fuentes de energía primarias son aquellas que encontramos en la naturaleza como el carbón, el sol o el viento y que no necesitan ser procesadas para su uso, las fuentes de energía secundarias sí necesitan un proceso de transformación para convertirse en la energía que llega hasta nuestros hogares.
Una energía secundaria es un producto energético elaborado, listo para ser consumido o transportado de manera más eficiente. Este proceso de transformación es vital porque muchas fuentes de energía primaria no son directamente utilizables para la mayoría de nuestras necesidades cotidianas o industriales. Por ejemplo, no podemos enchufar un electrodoméstico directamente a un campo eólico, ni un coche puede funcionar con carbón en bruto.
La conversión de energía primaria en secundaria implica diferentes procesos industriales que buscan optimizar su uso y distribución. Estos procesos se llevan a cabo en instalaciones específicas como centrales eléctricas, refinerías o plantas de biogás.
Tomemos como ejemplo la electricidad. Para generar electricidad podemos usar energía térmica, liberada por la combustión de gas natural o carbón; energía cinética procedente del viento o del agua, e incluso energía nuclear. En todos los casos, la energía primaria se convertirá en electricidad, una energía secundaria que puede ser transportada largas distancias y utilizada en una infinidad de aplicaciones.
La eficiencia de estos procesos de transformación es un factor crítico, ya que una parte de la energía primaria se perderá en el proceso de conversión, generalmente en forma de calor. Por eso, un objetivo constante en la investigación energética es conseguir la mayor eficiencia posible.
Existen varios tipos de energías secundarias, cada una con características y usos específicos:
Es, sin duda, la energía secundaria más versátil y extendida. Se genera a partir de una amplia gama de fuentes primarias (fósiles, nucleares, renovables) y es fundamental para la iluminación, la climatización, la industria, el transporte y la electrónica. Su facilidad de transporte, a través de redes de distribución, la convierte en la columna vertebral de nuestra sociedad.
Son derivados del petróleo crudo e incluyen la gasolina, el diésel, el queroseno y los gases licuados. Son esenciales para el transporte, desde el coche hasta el avión, y a pesar del impulso hacia la electrificación, los combustibles refinados siguen siendo predominantes en este sector.
Los biocombustibles son un tipo de combustible renovable que proviene de la materia orgánica. Los biocombustibles de segunda generaciˆn (2G) se producen a partir de residuos orgánicos, como aceites usados de cocina, deshechos agrícolas o ganaderos o biomasa forestal, entre otros.Son una alternativa renovable a los combustibles fósiles en el transporte y la generación de energía, ya que poseen un nivel de emisiones netas de CO2 en su ciclo de vida hasta un 90% menor respecto a los combustibles fósiles tradicionales.
El hidrógeno verde se produce a partir de la electrólisis del agua, que consiste en separar moléculas de oxígeno e hidrógeno mediante electricidad de origen renovable, en un proceso que no genera emisiones de CO2.
El hidrógeno verde es clave para la descarbonización de sectores difíciles de electrificar como la industria pesada o el transporte aéreo, marítimo o pesado por carretera.
Aunque a menudo se asocia con la energía primaria (geotermia, solar térmica), el calor también puede ser una energía secundaria cuando se produce a partir de la combustión (gas natural, biomasa) o como subproducto de procesos industriales. Empleado sobre todo en sistemas de calefacción de edificios y procesos industriales.
Las energías secundarias ofrecen múltiples ventajas, destacando su versatilidad y facilidad de uso, al permitir su aplicación en una amplia gama de dispositivos, su eficiencia en el transporte y distribución a través de redes o almacenamiento, su adaptabilidad para integrar diversas fuentes de energía primaria en un sistema coherente y un mayor control sobre la regulación de la potencia y el suministro energético.
Las energías secundarias presentan desventajas como las pérdidas en su proceso de transformación desde fuentes primarias, lo que disminuye la eficiencia global. Además de su dependencia de la disponibilidad y del coste de las energías primarias de las que se derivan. Por último, el desarrollo de estas fuentes de energía secundaria pasa obligatoriamente por la lnecesidad de una amplia y costosa infraestructura para su generación, transporte y distribución.
Su futuro está ligado a la transición energética. Veremos un cambio significativo en cuanto a su producción, con un aumento exponencial de la electricidad generada a partir de fuentes renovables. La electrificación directa será la prioridad en muchos sectores, pero para aquellos donde no sea viable, las moléculas verdes como el hidrógeno verde y los biocombustibles jugarán un papel crucial en la descarbonización.
La investigación se centrará en mejorar la eficiencia de los procesos de transformación, desarrollar nuevas tecnologías de almacenamiento y optimizar las redes de distribución para hacerlas más inteligentes y resilientes.
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