Lunes, 6 de octubre de 2025
En la última década, los costes de generación de energías renovables se han reducido de forma notable. Según un informe de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA), en 2024 producir electricidad solar es hasta un 41% más barato que la fuente fósil más competitiva, mientras que la eólica llega a costar menos de la mitad.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, aseguró este verano que la demanda de energía sigue aumentando. A su juicio, este crecimiento responde principalmente a la necesidad de garantizar condiciones de vida adecuadas en numerosos espacios habitables y la expansión de sectores productivos que requieren un consumo energético cada vez mayor.
Para la Net-Zero Asset Owner Alliance (NZAOA), la red de 86 inversores institucionales ligada a Naciones Unidas, la demanda creciente de energía renovable, al mismo tiempo, ofrece oportunidades de inversión. La alianza establece acciones estratégicas con el objetivo de movilizar 1.3 billones de dólares anuales en financiación climática privada anual para 2035. Su hoja de ruta pone el acento en el capital catalizador, la financiación combinada y la reforma regulatoria. Además, plantea que los bancos multilaterales de desarrollo deben redoblar sus esfuerzos para atraer capital privado.
Por su parte, Ember, la asociación internacional independiente de expertos en energía, observa cierto riesgo de no alcanzar el objetivo de triplicar la capacidad mundial de producir energías renovables en 2030. Actualmente, los planes contemplan llegar a 7,4 teravatios (TW) para 2030 -el doble de los 3.4 TW instalados en 2022, pero aún por debajo de los 11 TW necesarios que, según la organización, serían necesarios para cumplir la meta.
Crecimiento sin precedentes y cifras récord
En este contexto, la inversión global para el desarrollo de nuevas energías renovables alcanzó en el primer semestre de 2025 la cifra récord de 386.000 millones de dólares, según datos recogidos en un informe elaborado por BloombergNEF. Este crecimiento está impulsado por la energía eólica marina mundial y la energía solar a pequeña escala, que se traduce en un 10% más que en el año anterior.
China y la Unión Europea se encuentran a la cabeza. El gigante asiático invirtió 169.000 millones de dólares, manteniendo su liderazgo mundial. Europa, por su parte, aumentó su inversión un 63%, hasta casi 76.000 millones, desbancando a EEUU.
No obstante, a pesar de los recortes, el informe también prevé que el 80% de los nuevos proyectos a gran escala en Estados Unidos estén relacionados con la energía solar y al almacenamiento en baterías. Y es que la solar sigue siendo la estrella de las inversiones, con 252.000 millones, seguida de la eólica, con 126.000 millones y un crecimiento del 8%.
España es un ejemplo de esta tendencia: la energía solar fotovoltaica es la tecnología con mayor capacidad instalada, con 32.043 MW, superando ligeramente a la eólica, que alcanza los 32.007 MW, según los datos de Red Eléctrica de 2024. En conjunto, la fotovoltaica representa casi el 25% de la estructura de potencia instalada y ambas tienen una gran penetración en el mix eléctrico. El informe de Bloomberg NEF alaba que la inversión verde haya superado ya a la de combustibles fósiles, pero insta a continuar por este camino para alcanzar el objetivo de net zero de cara al año 2050.
A pesar de que aún quede camino por recorrer, la transición hacia una nueva era de energía renovable sigue hacia delante con determinación y atrayendo inversión para llevar a cabo este proceso. Y, aunque las renovables ya son competitivas, el verdadero reto reside en movilizar los recursos, tanto públicos como privados, para multiplicar su capacidad y seguir impulsando la transición hacia un modelo energético más sostenible, robusto y eficiente a largo plazo.
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