Martes, 17 de junio de 2025
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC) tuvo como resultado un tratado que refuerza la protección de las llamadas aguas internacionales, aquellas que se encuentran a más de 200 millas náuticas (poco más de 370 kilómetros) de la costa. De momento, ha sido firmado por más de 50 países, aunque se necesitan 60, por lo que continúan los trabajos para lograr el resto de rúbricas en los próximos meses y que el documento entre en vigor el 1 de enero de 2026.
Por otra parte, la llamada Declaración Final de Niza ha dejado por escrito el compromiso de los países para luchar, entre otros, contra la contaminación de los océanos a lo que añadieron combatir los efectos del cambio climático y nombrar nuevas zonas de protección marina. De hecho, con el objetivo de proteger el 30% del océano para 2030, durante la conferencia se nombraron nuevas áreas que han permitido subir el porcentaje del 8,4% existente al 11%.
Además, 35 países, incluidos los 27 de la Unión Europea, se han sumado a la Coalición de Alta Ambición para un Océano Silencioso, una iniciativa impulsada por Panamá y Canadá para reducir la contaminación acústica submarina.
Por otra parte, durante la conferencia surgió la Coalición Interparlamentaria para la Protección del Océano (ICOP), un encuentro de 250 parlamentarios de todo el planeta que promoverán en sus territorios iniciativas legislativas para cuidar estos ecosistemas.
SUMARIO: “Ahora es el momento de actuar urgentemente sobre los océanos” (Peter Thomson, secretario general de las Naciones Unidas para los Océanos)
En el primer día de conferencia se presentó el informe Plan de Acción Oceánica 30x30, elaborado por varias organizaciones con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). El objetivo es que los gobiernos y las partes interesadas trabajen juntas para aumentar la protección. El enviado especial del Secretario General de las Naciones Unidas para los Océanos, Peter Thomson, explicó que había cinco años para ejecutar “bien” el plan: "Sabemos lo que funciona. Sabemos quién lidera. Sabemos dónde se necesita apoyo. Ahora es el momento de actuar urgentemente sobre los océanos".
No fueron las únicas peticiones durante la primera jornada. Ya en la inauguración, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió cambiar la forma de relacionarse con la biodiversidad marina: "Sin un océano sano, no puede haber un planeta sano".
En una línea similar se expresó el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, para quien proteger el océano es “una emergencia histórica”, una tarea ética propia de “humanos racionales”: "Solo hay un océano que nos une a todos, que nos alimenta a todos y, además, que regula el clima global”, defendió. Para el mandatario, “proteger este recurso, este océano inmenso, no es una opción ideológica ni diplomática", agregó. En esta línea, Costa Rica pedía 100.000 millones de dólares de financiación para el desarrollo sostenible de los océanos.
Las propuestas de los países
Los diferentes países y organizaciones fueron lanzando durante la semana sus propuestas. Uno de los primeros fue Brasil: en la jornada inaugural presentó el Reto de las NDC Azules, que pide a los estados que pongan el océano en el centro de sus planes climáticos antes de la COP30 de Belém, que se celebra en noviembre en esta ciudad del Amazonas brasileño. Las soluciones para poner los océanos en el centro de las políticas climáticas pueden pasar por crear áreas protegidas inteligentes o apoyar la pesca y acuicultura sostenibles. Entre los países que ya se han unido se encuentran Australia, Kenia, México o Fiyi.
España, por su parte, anunció cinco nuevas áreas protegidas en el litoral nacional, que aumentarán la superficie protegida hasta el 25,7% (el compromiso es llegar al 30% en 2030). También suscribió su apoyo al Fondo Azul de Cooperación para el Mediterráneo, siendo el principal donante con 8,5 millones de euros.
Mientras tanto, la Unión Europea (UE) anunció un plan sobre los Océanos dotado con 1.000 millones de euros (unos 1.152 millones de dólares) y que dotaría de un marco común a los Veintisiete para las políticas marítimas y de conservación oceánica. Las futuras conferencias tendrán que seguir avanzando en los objetivos económicos, además de ahondar en los compromisos políticos y empresariales, para preservar unos ecosistemas esenciales en la vida del planeta.
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