Martes, 16 de septiembre de 2025
Los avances en ropa capaz de generar y almacenar energía se están multiplicando en los últimos años. Fibras y materiales son protagonistas de investigaciones universitarias que dan esperanza sobre unas prendas que, si se termina popularizando, nos ayudarán a obtener más fuentes de electricidad.
Un equipo de científicos de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, ha dado un paso clave en este sentido con la reciente publicación de un estudio en Advanced Material Technologies donde presentaron un innovador método para fabricar fibras con baterías alimentadas por energía solar a gran escala. Estas baterías están compuestas por tiras planas de electrodos y un separador de polímero que se introducen en una prensa y se laminan. Luego, un láser corta estas láminas en hebras de unos 700 micrómetros de ancho, aproximadamente el grosor de cinco cabellos humanos. Según Jason Tiffany, coautor del artículo, el proceso es sorprendentemente eficiente: se pueden procesar 100 metros de fibra en poco más de cinco horas.
Este no es el único proyecto sorprendente en el que han trabajado los investigadores de Johns Hopkins. En otro artículo, el mismo equipo describió un sistema escalable para fabricar fibras capaces de captar luz y convertirla en electricidad.
Inspirados en el funcionamiento de las células fotoeléctricas, los científicos cortaron células solares en tamaños diminutos, las ensamblaron en placas de circuito delgadas y flexibles; después las sellaron con un polímero protector y crearon así hebras parecidas a fibras textiles. Para poner a prueba su invento, usaron un minitelar fabricado especialmente para la ocasión con el que tejieron fibras de nailon y células solares. La tira resultante se colocó debajo de una lámpara y se conectó a una placa de circuitos y a un led intermitente. En pocos segundos, la luz del led parpadeó, demostrando así el potencial de estas fibras para generar electricidad a partir de la luz.
Fibra que almacena, ropa que calienta
Uno de los usos más destacados para las prendas con este tipo de fibras es la confección de ropa de abrigo. En esta misma línea se investiga que estas prendas regulen la temperatura corporal.
En 2024, un equipo de científicos canadienses y chinos exhibieron una fibra capaz de calentarse hasta 30 °C tras 10 minutos de exposición al sol. Este avance permitiría fabricar ropa que mantenga el calor corporal en condiciones de frío extremo. Este material incorpora nanopartículas que absorben la luz solar y la convierten en calor, así como tintes termosensibles que cambian de color según la temperatura, lo que añade una funcionalidad visual a su capacidad térmica.
Por otra parte, la tradición en el textil no está reñida con las nuevas tecnologías a la hora de generar energía. El año pasado, investigadores de la Universidad Tecnológica de Chalmers, en Suecia, presentaron un hilo de seda recubierto con un material plástico conductor que genera electricidad para alimentar a dispositivos electrónicos o sensores de salud. Según los test, las propiedades conductoras duran al menos un año.
Ropa del futuro: tejidos que capturan energía del cuerpo humano
Por otro lado, científicos del Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología anunciaron en 2023 un tejido de fibras que aprovecha la glucosa del sudor y la energía mecánica de la fricción del cuerpo para generar energía eléctrica. En concreto, el tejido está equipado con un generador triboeléctrico que transforma la energía mecánica del movimiento en eléctrica, y un generador eléctrico de transpiración, responsable de producir electricidad conforme el sudor recorre las fibras. Gracias a ello, los investigadores alimentaron un sensor de seguimiento de posición, que necesita solo 3 voltios. Un comienzo pequeño, pero prometedor.
Otros campos de investigación se centran en los complementos. La tecnología wearable lleva años uniendo cuerpo y bits para que, por ejemplo, un reloj inteligente cuente los pasos que caminamos y monitorice nuestras pulsaciones o hábitos. Así, un proyecto de investigadores españoles analiza un ‘smartwatch’ que se recarga a sí mismo con la energía de su portador.
La ropa del futuro no solo marcará tendencia y nos protegerá del entorno, sino que también contribuirá activamente a la generación de energía sostenible Así, cada persona podrá convertirse en una pequeña fuente móvil de energía renovable, demostrando que el diseño y la tecnología pueden ir de la mano para construir un futuro más eficiente y respetuoso con el planeta.
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