Miércoles, 27 de julio de 2022
Las próximas décadas serán clave para cumplir los diferentes acuerdos climáticos y garantizar un futuro más verde y sostenible. En ese período de cambio, la tecnología y la digitalización jugarán un rol central a través de diferentes herramientas que empresas y organismos públicos utilizarán para facilitar la transición y aplicarla de forma eficiente y efectiva.
Términos como internet de las cosas, ‘Big Data’ o Blockchain eran desconocidos hace unos años, pero en la actualidad son ya muchas las empresas que han incorporado estas tecnologías a su funcionamiento diario.
‘Big Data’
Como la propia nomenclatura en inglés indica ‘Big Data’ hace referencia a conjuntos de datos de un gran volumen, complejidad y velocidad de crecimiento, de tal manera que las herramientas convencionales no pueden procesarlos. Estos paquetes tienen una complejidad intrínseca, ya que gran parte de los datos que generan las tecnologías modernas no están estructurados, por lo que para usarlos de forma eficiente se suelen combinar con datos estructurados.
Para las empresas es muy útil porque aporta soluciones incluso a problemas que desconocían. Es una cantidad tan grande de información que, procesándola con la tecnología adecuada, puede ser tratada y combinada de cualquier manera. Así, la identificación de problemas resulta más sencilla y proporciona puntos de referencia.
El resultado de todo ese proceso son empresas que pueden reaccionar a los contratiempos de forma más rápida y eficiente, facilitando así su reducción de costes. La toma de decisiones también es mejor con los conocimientos del ‘Big Data’ y las organizaciones pueden desarrollar productos y servicios sabiendo cuál será su público objetivo y qué es lo que quiere.
Es el caso de Cepsa, que eligió Amazon Web Services (AWS) como proveedor de computación en la nube, combinando sus diferentes servicios para unir los más de 300.000 sensores ubicados en sus instalaciones de fabricación, refinerías y plantas químicas en España, Brasil y China. Gracias a esta conexión entre la información de los sensores y la nube, la compañía puede identificar incidencias de forma más veloz o detectar tendencias operativas.
Además, en su parque energético de La Rábida en Palos de la Frontera (Huelva), el uso de las tecnologías AWS ha permitido optimizar la fabricación de fenol, gracias a las recomendaciones generadas sobre el uso de la materia prima y los recursos energéticos. El resultado ha sido un aumento en la producción, mientras que las emisiones de CO2 se han reducido en 1.500 toneladas al año.
‘Machine Learning’
El ‘Machine Learning’ está muy ligado al ‘Big Data’, y se pueden utilizar de forma combinada para maximizar sus virtudes. Esta tecnología se vale de la inteligencia artificial para crear máquinas inteligentes, es decir, sistemas que aprenden de forma automática. Procesan el mayor número de datos posibles para asimilar algoritmos que predicen comportamientos futuros.
Por lo tanto, estos aparatos serían asimiladores de ‘Big Data’, los encargados de procesar esos volúmenes de información en busca de patrones, problemas y soluciones. La gran ventaja del ‘Machine Learning’ es que su aprendizaje autónomo también implica que mejoran por sí mismos sin necesidad de intervención humana.
En materia de transición energética, la combinación de ‘Machine Learning’ y ‘Big Data’ ya se está utilizando en los llamados sistemas de gestión de energía o VPPs (Virtual Power Plant). Estas plataformas permiten al consumidor de energía convertirse en productor que genera y almacena energía en su casa de forma eficiente, gracias a la predicción del consumo y la generación a corto y medio plazo para elegir cuándo comprar y cuándo vender energía.
El acuerdo entre Cepsa y AWS permitió a la compañía energética ser la primera en España en utilizar el ‘Machine Learning’ para el mantenimiento en sus dos refinerías de La Rábida (Huelva) y Gibralta-San Roque (Cádiz). Amazon Lookout for Equipment es el nombre de esta tecnología, que recoge datos de los sensores de las plantas para aprender de forma automática y así predecir anomalías en los equipos o identificar rendimientos por debajo del nivel óptimo.
Blockchain
La cadena de bloques es una herramienta que está ganando popularidad en los últimos años, principalmente con la llegada de las criptomonedas, pero que también puede ser útil en otros ámbitos. Se trata de un sistema que elimina los intermediarios, dejando en manos de los propios usuarios el control de todo el proceso.
Los bloques que componen este entramado están enlazados unos con otros y cifrados para proteger su seguridad, convirtiéndose en una base de datos privada. Para su correcto funcionamiento, debe haber un determinado número de usuarios, que se encargan de verificar y aprobar todos los movimientos que se hagan por bloque, para que éste sea válido y se registre. Un ejemplo de su utilidad es su aplicación por organismos públicos para garantizar la transparencia en sus acciones.
Sus aplicaciones son infinitas, y ya se emplea, por ejemplo en sistemas que facilitan la movilidad compartida. Por ejemplo, Tesseract es un proyecto que permitiría registrar al propietario del vehículo, calcular los costes del viaje y facilitar el acceso por empresas y particulares a viajes compartidos, aprovechando las sinergias generadas ante una misma necesidad de movilidad y reduciendo con ello el consumo de energía.
Todas estas tecnologías son relativamente recientes y tendrán que ir implementándose y explorándose de forma gradual, pero su nexo común es que, aplicadas en materia de transición energética, suponen un avance del que la sociedad se puede beneficiar para cumplir su compromiso con el medio ambiente.
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