Lunes, 18 de agosto de 2025
Las últimas semanas de agosto son un momento ideal para hacer balance en las oficinas. Y, en esta ocasión, no nos referimos a una revisión de los procesos internos, sino de la gestión energética del espacio de trabajo para lograr que sea más eficiente y sostenible, aprovechando que aún hay muchos empleados de vacaciones.
Para ello, es importante fijarse en tres pilares fundamentales como son la iluminación, la climatización y los equipos eléctricos con los que se trabaja. La climatización supone en torno a un 40% del consumo en una oficina, mientras que los equipos eléctricos, un 35%, y la iluminación, un 20%, de acuerdo con la Guía de ahorro y eficiencia energética en oficinas y despachos de la Comunidad de Madrid.
En lo que se refiere a la climatización del espacio, es determinante tener en cuenta cuestiones como sistemas de ahorro energético, aislamientos térmicos, medidores de energía para los radiadores, o una programación del sistema de climatización según los horarios de actividad y la temperatura prevista.
El Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios establece que los rangos ideales de temperatura en oficinas son, en el caso del verano, de entre 23 y 25º, y una humedad relativa entre 45 y 60%; mientras que en invierno, debe oscilar entre 21 y 23º, con una humedad relativa entre 40 y 50%.
Para ello, el correcto aislamiento de paredes y fachadas, así como el control de los accesos para evitar pérdidas de calor o de aire acondicionado es fundamental. Además, es recomendable instalar vidrios aislantes en las ventanas para reducir el consumo de calefacción y, en verano, contar con protectores solares para reducir la demanda energética de la climatización.
Otro de los factores principales en la búsqueda de una oficina eficiente es la iluminación. Para ello, se puede tomar como base la guía que ofrece el IDAE. En ella se recomienda maximizar la luz natural y el uso de luces LED, así como la implantación de sistemas de regulación y control de la iluminación para reducir los costes energéticos y de mantenimiento de la instalación. Para conseguirlo, existen cuatro técnicas fundamentales:
El uso de estos sistemas supone ahorros energéticos de hasta el 50 y 65%, dependiendo del tipo de instalación, según se explica en la Guía Técnica Eficiencia Energética en Iluminación: Oficinas.
Los dispositivos electrónicos -ordenadores, impresoras, escáner, servidores, etc.- también son responsables de una parte del consumo energético, aunque no todos implican el mismo gasto. De ahí que para reducir ese consumo sea necesario utilizar equipos con una alta eficiencia energética (etiquetados como clase A o superior) o reemplazar los equipos de escritorio por portátiles, que consumen hasta un 50% menos de energía.
No hay que olvidar tampoco el consumo fantasma, es decir, el que generan los aparatos eléctricos cuando están enchufados, aunque no los estemos utilizando, y los que se encuentran en espera o stand by. El IDAE estima que entre el 7% y el 11% del consumo de electricidad anual de un hogar en España corresponden a este tipo.
Por último, el diseño y la distribución del espacio de trabajo también suman en el camino hacia la eficiencia energética. El interiorismo de oficinas no solo busca crear espacios estéticamente agradables, sino también eficientes, funcionales, adaptados a las necesidades tecnológicas y humanas de los empleados. Para crear un ambiente más saludable, podemos atender al aprovechamiento de la luz natural o el uso de plantas y otros elementos naturales que ayudan a mejorar la calidad del aire y a regular la temperatura.
Existen numerosos ejemplos de empresas que apuestan por esta tendencia de aunar la eficiencia energética y la innovación. Es el caso de las sedes de Google, Facebook, Red Bull, Microsoft, Dropbox o Nvidia, en las que destaca un ambiente agradable y creativo, donde los espacios abiertos y con mucha luz se combinan con las últimas tecnologías para ser lo más eficiente posible.
En España, el estudio de arquitectura SelgasCano, a las afueras de la capital, dispone de un espacio diseñado en torno a la idea de trabajar bajo los árboles y en armonía con el entorno que les rodea. Se trata de una estructura transparente que permite ver el exterior, pero evitando deslumbramientos a causa del sol.
Por su parte, el Skylight Madrid logró convertirse en la Mejor Obra Nueva de Oficinas en los Premios AEO 2024, gracias a la flexibilidad de su diseño, mediante espacios modulares y multifuncionales que facilitan la colaboración y se ajustan a las necesidades cambiantes de las empresas. A ello, se une la sostenibilidad, con el uso de materiales ecológicos y sistemas que optimizan el consumo energético.
En definitiva, la distribución de una oficina eficiente debe tener en cuenta que todos los trabajadores puedan disponer de un espacio funcional que garantice su comodidad para desempeñar su trabajo y que impulse la sostenibilidad a través de la eficiencia energética.
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