¿Qué es la Cuarta Revolución Industrial?
Cuarta Revolución Industrial es un concepto acuñado por Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, para describir el momento actual de cambio tecnológico. A diferencia de las revoluciones industriales anteriores, la 4IR se distingue por la velocidad, el alcance y el impacto sistémico de las innovaciones. No se trata solo de avances tecnológicos aislados, sino de la interconexión y la fusión de estas tecnologías, que difuminan las líneas entre lo físico, lo digital y lo biológico.
Esta revolución está impulsando una eficiencia y una productividad nunca vistas y planteando desafíos significativos en términos de desigualdad, empleo y ética. En el ámbito energético, por ejemplo, la 4IR está facilitando la transición hacia fuentes renovables y la creación de redes eléctricas más inteligentes y resilientes. Según la Agencia Internacional de la Energía, las energías renovables representaron el 80% de la nueva capacidad de generación eléctrica mundial en 2023, un claro indicio del cambio de paradigma impulsado, en parte, por estas tecnologías avanzadas.
Tecnologías clave en la Cuarta Revolución Industrial
La 4IR se sustenta en un conjunto de tecnologías disruptivas que están madurando y convergiendo a un ritmo acelerado:
Internet de las cosas
El Internet de las Cosas (IoT) se refiere a la red de objetos físicos equipados con sensores, software y otras tecnologías que les permiten conectarse e intercambiar datos con otros dispositivos y sistemas a través de internet. En el sector energético, el IoT es fundamental para la gestión inteligente de la energía, permitiendo la monitorización en tiempo real del consumo, la optimización de la distribución y el mantenimiento predictivo de infraestructuras. Se estima que para 2025, habrá más de 27 mil millones de dispositivos IoT conectados en todo el mundo, lo que subraya su omnipresencia y potencial transformador.
Inteligencia artificial
La Inteligencia Artificial (IA) abarca sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana como el aprendizaje, la toma de decisiones y el reconocimiento de patrones. En el contexto de la sostenibilidad y la energía, la IA optimiza la operación de plantas de energía renovable, predice la demanda energética, gestiona redes inteligentes y desarrolla nuevos materiales para baterías y paneles solares. Un informe de PwC estima que la IA podría contribuir con hasta 15,7 billones de dólares a la economía global para 2030, gran parte de ello a través de mejoras en la productividad y la eficiencia.
Robótica avanzada
La robótica avanzada se refiere a robots con capacidades mejoradas de percepción, cognición y manipulación, que pueden operar de forma autónoma o en colaboración con humanos en entornos complejos. En el sector energético, los robots se utilizan para la inspección y mantenimiento de infraestructuras críticas (como parques eólicos o líneas de alta tensión), la construcción de instalaciones energéticas y la gestión de residuos. La Federación Internacional de Robótica (IFR) reportó que las ventas de robots industriales alcanzaron un récord en 2022, con 553.052 unidades instaladas globalmente, lo que demuestra su creciente adopción en diversas industrias.
Big Data y análisis de datos
El Big Data se refiere a conjuntos de datos tan grandes y complejos que los métodos tradicionales de procesamiento de datos no son suficientes. El análisis de Big Data implica la extracción de patrones, tendencias y asociaciones, especialmente aquellas relacionadas con el comportamiento humano y las interacciones. En el ámbito de la sostenibilidad, el Big Data permite comprender mejor los patrones climáticos, optimizar el uso de recursos, predecir desastres naturales y diseñar ciudades más eficientes. La capacidad de analizar grandes volúmenes de datos es crucial para la toma de decisiones informadas en la transición energética.
Blockchain
Blockchain es una tecnología de registro distribuido que permite mantener un registro inmutable y transparente de transacciones. Aunque es más conocida por las criptomonedas, su potencial va mucho más allá. En el sector energético, blockchain puede facilitar el comercio de energía entre pares, la gestión de certificados de energía renovable, la trazabilidad de la cadena de suministro y la creación de mercados energéticos descentralizados. Esto puede aumentar la transparencia y la eficiencia, reduciendo los costes de transacción.