¿Qué es la energía mareomotriz?
La energía mareomotriz es un tipo de energía renovable que aprovecha el movimiento natural de las mareas, es decir, el ascenso y descenso del nivel del mar provocado por la interacción gravitatoria entre la Tierra, la Luna y el Sol. A diferencia de otras fuentes intermitentes como la solar o la eólica, la energía mareomotriz es altamente predecible, ya que el ciclo de las mareas sigue patrones astronómicos conocidos con gran exactitud. Esa capacidad para ser predecible la convierte en una candidata ideal para proporcionar una base de carga estable al sistema eléctrico.
Ejemplos de proyectos destacados
Aunque el uso de esta energía no está muy extendido, existen proyectos emblemáticos:Central de la Rance (Francia): Inaugurada en 1966, es la central mareomotriz más antigua y una de las más grandes del mundo, demostrando la viabilidad a largo plazo de la tecnología de presa.
MeyGen (Escocia, Reino Unido): Uno de los proyectos de generadores de corriente de marea más avanzados. En 2022, MeyGen generó 25 GWh de electricidad, un récord para la energía de las mareas.
Ventajas de la energía mareomotriz
La energía mareomotriz presenta una serie de ventajas significativas:
Es predecible
El ciclo de las mareas es totalmente predecible con años de antelación, permitiendo una planificación precisa de la generación eléctrica y mayor estabilidad de la red.
Alta densidad energética
El agua es mucho más densa que el aire, lo que permite a las turbinas mareomotrices generar más energía con velocidades de flujo más bajas que las turbinas eólicas.
Bajo impacto visual
La mayoría de las infraestructuras están sumergidas, reduciendo el impacto visual.
Larga vida útil
Las instalaciones están diseñadas para operar durante décadas.
Bajas emisiones
Una vez construidas, no producen emisiones de gases de efecto invernadero durante su operación.
El futuro de la energía mareomotriz
El futuro de la energía mareomotriz es prometedor, aunque condicionado por la superación de algunos de sus retos como el alto coste inicial tanto para la construcción de presas como para la instalación y mantenimiento de generadores en entornos marinos hostiles. El posible impacto ambiental que pudiese llegar a generar la construcción de presas y los generadores. Y las limitaciones de su localización geográfica, al ser solo viable en costas con grandes diferencias de marea o fuertes corrientes.
Sin embargo, pesan más las ventajas y por ello la investigación y el desarrollo se centran en reducir los costes, mejorar la eficiencia y minimizar el impacto ambiental. La Unión Europea, por ejemplo, ha establecido objetivos ambiciosos para la energía oceánica, buscando alcanzar 1 GW de capacidad instalada para 2030 y 40 GW para 2050, lo que requerirá un fuerte impulso a tecnologías como la mareomotriz.
En España, aunque no contamos con grandes diferencias de marea, el potencial de las corrientes marinas es objeto de estudio. Proyectos piloto y centros de investigación como el PLOCAN (Plataforma Oceánica de Canarias) están explorando la viabilidad de diversas tecnologías de energía oceánica. A medida que la tecnología madure y los costes disminuyan, la energía mareomotriz podría desempeñar un papel cada vez más relevante en la diversificación de nuestra matriz energética, ofreciendo una fuente de energía limpia, predecible y con un impacto ambiental controlado. La inversión en I+D y el apoyo político serán cruciales para desbloquear el vasto potencial energético que guardan nuestros océanos.