Martes, 15 de abril de 2025
A nuestro alrededor tenemos multitud de ejemplos de fenómenos físicos sorprendentes que ocurren en la naturaleza y que pueden ser de utilidad a la hora de descubrir nuevas fuentes de energía más sostenibles. Es el caso de la piezoelectricidad, una capacidad que tienen ciertos materiales, generalmente cristales, de generar electricidad cuando se les aplica presión o se deforman.
Así, el cuarzo, la turmalina o el topacio son capaces de producir una pequeña carga eléctrica cuando los aprietas o doblas, y al contrario: si aplicas electricidad, cambian de forma ligeramente. Esta habilidad también es propia de los materiales ferroeléctricos, que tienen la misma estructura interna que los cristales. Por ejemplo, los encendedores de cocina o los relojes de cuarzo son dos objetos que funcionan gracias a la piezoelectricidad.
En los últimos años, investigadores de todas partes del mundo han estudiado cómo aplicar este efecto piezoeléctrico en el campo de la eficiencia energética. Uno de los estudios más recientes de la Universidad japonesa de Tohoku busca desarrollar un dispositivo que transforma la energía cinética del movimiento humano en electricidad, gracias a la combinación de materiales piezoeléctricos y fibra de carbono.
En la capital nipona, en Tokio, tanto en la estación de tren de Shibuya como en el aeropuerto internacional de Narita, han llevado a cabo varios proyectos piloto en los que han aprovechado la afluencia de pasajeros (por Shibuya pasan diariamente más de un millón y medio de personas y por Narita cerca de 10.000) para generar electricidad que ilumine algunas instalaciones y pantallas LED. ¿Cómo? Colocando unos paneles con materiales piezoeléctricos en el suelo que, al pisarlos, producen una pequeña cantidad de energía.
Estas pisadas eléctricas también han inspirado a algunas discotecas de Róterdam (Países Bajos) y de Londres (Inglaterra) para generar electricidad en la pista de baile. Y esta empresa inglesa tiene varios proyectos repartidos por el mundo: desde la estación de tren de Sydney hasta el Festival de Velocidad de Goodwood, en la ciudad de Sussex. Otro ejemplo se encuentra en la estación holandesa de Driebergen-Zeist, donde la cafetería Natuurcafé Le Porte cuenta con una puerta giratoria que genera energía cada vez que una persona pasa por ella.
Desde hace años, hay varios proyectos españoles en marcha para ver, por un lado, cómo las carreteras pueden captar energía incorporando en el pavimento elementos piezoeléctricos; y, por otro, un sistema de señalización con el que aumentar la visibilidad mediante sensores piezoeléctricos.
Finalmente, hay otras líneas de investigación enfocadas al almacenamiento de energía, baterías innovadoras, generadores eficientes y calzado inteligente. Todos ellos son un ejemplo de cómo al observar la naturaleza podemos descubrir nuevas fuentes de energía. Estas innovaciones no solo nos acercan a un futuro más sostenible, sino que también nos inspiran a seguir explorando y creando soluciones que armonicen nuestro entorno y promuevan un planeta más saludable para todos.
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