El ITC está cultivando estas microalgas en sus instalaciones de Las Palmas en piscinas de agua dulce y salada, procedentes de una estación depuradora de aguas residuales (EDAR) y de una instalación desaladora de agua de mar (IDAM).
Después, por medio de un proceso de licuefacción hidrotermal (HTL, por las siglas en inglés de hydrothermal liquefaction) se valorizará la biomasa de las microalgas, que nos permitirá obtener el biocrudo y la materia prima sostenible con la que podremos producir biocombustibles 2G y productos químicos sostenibles.
Una de las principales novedades de este proyecto es que las microalgas tienen bajo contenido en proteínas. El motivo se debe a que las proteínas contienen nitrógeno, es decir, es un heteroátomo es necesario eliminar para obtener el biocombustible y los productos químicos sostenibles.
Para ello, evaluaremos y verificaremos estos procesos de producción en las plantas piloto de nuestro Centro de Innovación con el objetivo escalarlos con las mayores garantías de fiabilidad y seguridad en nuestros Parques Energéticos y Plantas Químicas, utilizando las instalaciones y tecnologías existentes con modificaciones menores.
El uso de los biocombustibles a partir de microalgas, que son de origen 100% renovable, permite reducir hasta el 90% de emisiones de CO2 respecto al uso de combustibles tradicionales. De forma adicional, con la producción de una hectárea de cultivo de microalgas se reducen al año 72 toneladas de CO2, lo que equivale al carbono que 3.000 árboles al año.
El agua depurada del cultivo de las microalgas podrá reaprovecharse para regadío. Además, como las algas son fijadoras de CO2, este proyecto contribuye a reducir las emisiones de carbono. En concreto, normalmente se asume que las microalgas fijan 1,8 kg de CO2 por cada kilo de biomasa seca que se obtiene.