La economía circular es una alternativa al concepto lineal de “tomar-fabricar-consumir-eliminar”, donde los productos y materiales maximizan su valor y minimizan la generación de residuos, haciendo el sistema más eficiente y sostenible. Pero ¿en qué punto se encuentra en España?
Según la Estrategia España Circular 2030 elaborada por el MITECO, la economía de nuestro país es esencialmente lineal. Esto tiene impacto en los recursos que consumimos: necesitamos más de dos veces y media la superficie que tenemos para abastecer nuestra economía.
Los principales retos para implantarlo en nuestro país son los siguientes:
Costes de implementación: adaptarse a modelos circulares puede implicar en algunos casos costes añadidos para las empresas. Esto supone una barrera especialmente en las pymes, que conforman la mayoría del tejido empresarial.
Tsunami regulatorio: desde la UE se ha producido un constante aumento de la ambición en la normativa sobre residuos, que implica tener que adaptarse a cambios regulatorios y un mayor esfuerzo para cumplir con los estándares establecidos.
Falta de armonización: a nivel nacional, la normativa existente no está adaptada a las nuevas tecnologías de la economía circular, generando incertidumbre en su aplicación. La ausencia de una normativa común entre las comunidades autónomas también dificulta el desarrollo de proyectos.
Reto tecnológico: aumentar el grado de circularidad de la economía requiere nuevas infraestructuras, instalaciones y tecnologías, por lo que es esencial garantizar ayudas para I+D+i, así como un mayor impulso público-privado a nuevos proyectos.
Por el contrario, ¿qué oportunidades nacen al amparo del nuevo modelo?:
Impulso del sector privado: el 80% de los directivos españoles ven la economía circular como crucial para la competitividad empresarial futura. Creen que fomenta la innovación y genera nuevas oportunidades de negocio.
Generación de empleo: entre 2012 y 2018, la economía circular generó 4 millones de puestos de trabajo en la UE. En 2030 habrá más de 700.000 nuevos empleos, un 10% de ellos localizados en España, parte de ellos en zonas rurales.
Voluntad política: la Estrategia de Economía Circular 2030 demuestra un firme compromiso y establece objetivos de reducción en la utilización de recursos, generación de residuos y reciclaje.
Disponibilidad de residuos: actividades como la agricultura o la ganadería generan un alto volumen de residuos, y España ya cuenta con gran cantidad de instalaciones para su reaprovechamiento, como biorefinerías o unidades de tratamiento de residuos.
¿Cuáles son los objetivos de España para 2030?
Bajo este contexto, España ya ha definido sus metas para el año 2030 en términos de generación de residuos, consumo de materiales y eficiencia del uso del agua:
Economía circular en el sector empresarial nacional
Para analizar la visión del sector empresarial español de la economía circular, Moeve ha llevado a cabo una encuesta a directivos en un evento con Capital Radio para conocer su percepción.
Se han estudiado conceptos como el objetivo por el que las empresas implementan prácticas de economía circular y cuáles son las principales áreas donde las empresas las están implementando:
Además, según este informe, el 54% considera que su empresa ha adoptado “mucho” o “bastante” los principios de la economía circular. Por otro lado, el 52% señala a la industria o a la energía como los sectores con mayor potencial para la economía circular, y el 62% afirma que el biometano y los biocombustibles 2G serán clave para aplicar la economía circular en el sector energético.