Según el «Informe sobre el panorama mundial de las ciudades 2025», publicado por la plataforma de divulgación medioambiental CDP y el Pacto mundial de alcaldes por el clima y la energía (GCoM), las urbes aspiran a batir un récord histórico económico para sus proyectos climáticos. Por primera vez, este año aspiran a superar el umbral histórico de los 100.000 millones de dólares (USA) hasta sumar 105.000 millones -90,1 mil millones de euros-, un incremento notable con respecto a los 73.865 millones de euros solicitados en 2024.
El incremento es cuantitativo, tal y como muestran las cifras, pero también cualitativo y se refleja en la demanda de infraestructuras verdes y soluciones basadas en la naturaleza, que se ha cuadruplicado desde 2020, lo que evidencia una voluntad de apostar por enfoques más sostenibles.
Oporto, por ejemplo, la segunda ciudad más grande de Portugal, tiene en marcha una iniciativa para electrificar, al menos, el 43% de su flota de autobuses para 2027. Otro proyecto ambicioso es el que impulsa Freetown, la capital de Sierra Leona, un pequeño país del Oeste africano que aspira a ser la ciudad de los árboles #FreetownTheTreetown". ¿Cómo? Con la plantación de 1,2 millones de árboles en la ciudad, que serían 5 millones en 2030 y hasta 20 en 2050 para aumentar su cubierta vegetal y actuar frente a las inundaciones.
Destacadas son también las acciones de Singapur, conocida como la ciudad jardín del sudeste asiático; Shenzhen, en China, que dedica un 45% de su suelo urbano a espacios verdes o Copenhague, pionera en proyectos de carbono cero y Londres, que despunta por su estrategia de resiliencia climática a gran escala. En esta misma línea, también sobresalen, entre los países nórdicos, Estocolmo, por el distrito ecológico de Hammarby Sjöstad, y Oslo, reconocida repetidamente como Capital Verde de la UE por su enfoque integral en sostenibilidad y su apuesta eficiente por un transporte público que ha reducido significativamente las emisiones.
La complejidad de la financiación climática
A pesar del auge en la demanda, la realidad de la financiación es compleja. El informe señala que un 87% de los proyectos buscan activamente financiación. No obstante, casi la mitad de ellos (49%) no han asegurado los fondos necesarios, si bien, cabe reseñar que muchos de los analizados en el informe se encuentran en una etapa inicial o conceptual.
Esta brecha es más profunda en las economías emergentes donde el 40% de los proyectos requiere una financiación completa frente al 22% en las economías avanzadas. No obstante, son las economías desarrolladas las que acaparan la mayor parte de las solicitudes: el 83% del total. Dos ejemplos serían Estados Unidos (44%) y el Reino Unido (23%), con una fuerte concentración de la demanda de inversión.
Por último, el informe también destaca la importancia de garantizar que la financiación se mantenga hasta la finalización de las medidas. Un estudio de la CDP sobre «Lugares protegidos» revela grandes contrastes: mientras que en Japón (75%) y China (86%) la mayoría de las medidas climáticas se aplican en su totalidad, en la India solo se implementa completamente el 5% de las medidas previstas.
A modo de recomendación final, el CDP y el GCoM abogan por integrar las necesidades de inversión en la estrategia climática en la agenda política de cada Estado, apostar por instrumentos financieros para atraer inversión privada y aumentar la divulgación de los proyectos para ganar la confianza de los inversionistas.
Las ciudades han puesto sus planes sobre la mesa para avanzar en adaptación, transformación y resiliencia climática. Desde GCoM entienden que es el momento de que el acceso a la financiación necesaria se convierta en una prioridad global tal y como quedó establecido en la reciente COP30 en Belén (Brasil).