Martes, 24 de junio de 2025
Es el día de tu cumpleaños y entre las cajas con regalos hay una que destaca por su peso y tamaño. Rasgas el papel y te encuentras con el dibujo de un avión, una nave espacial o un edificio, y debajo, una marca inconfundible: Lego. Este icónico juguete, que nació en Dinamarca durante los años 30, ha marcado las infancias de millones de niños, y se ha terminado convirtiendo en un icono de la arquitectura a nivel global gracias a sus posibilidades infinitas de construcción.
En 2018, el arquitecto Gabriel Lakatos encontró la inspiración en este archiconocido juguete para diseñar su propio sistema de construcción sostenible. El sistema Gablok, al igual que los Legos, se basa en bloques aislantes que se ensamblan con un clic, dejando mínimo residuo e impacto sobre el entorno, siguiendo los principios de la arquitectura sostenible.
Esta tiene en cuenta todo el proceso de construcción de un edificio, desde la fabricación del primer ladrillo hasta su reciclaje o desecho final, y también el impacto que este proceso tiene sobre el entorno y las personas que lo habitan. Según Antonio Maciá, profesor de la Universidad de Alicante, se trata de “una arquitectura que se adapta a las necesidades de las personas que la habitan en pos de su bienestar fisiológico, emocional e incluso cognitivo”.
Pero ¿es realmente posible construir una casa como si fuera un Lego? Los bloques Gablok están fabricados con madera OSB (Oriented Strand Board, en castellano Tablero de Virutas Orientadas), un material 100% reciclable al que se añade poliestireno expandido grafitado (EPS) como aislante. El EPS requiere mínimo gasto hídrico y energético para su fabricación, y también es 100% reciclable, por lo que garantiza un mínimo impacto en el entorno incluso en la fase final del edificio.
Por otro lado, el proceso de construcción es muy sencillo, casi como un juego: después de recibir los bloques necesarios para el proyecto avalado por un arquitecto, se van uniendo los bloques sin necesidad de residuos tóxicos. El proceso es rápido y seguro, pues los bloques pesan unos ocho kilos, lo que evita el uso de maquinaria pesada, y puede aplicarse a cualquier tipo de proyecto, como los bloques de Lego. Sus materiales 100% reciclables y reutilizables garantizan un menor gasto energético gracias a su aislamiento, lo que reduce costes a corto y largo plazo.
Después de la construcción, debido a la simpleza del proceso, se reducen los residuos y, por tanto, el impacto inmediato sobre el entorno es mínimo: desde la compañía, hablan de waste-free construction.
“La transferencia de investigación a la sociedad siempre es una buena noticia”, concluye Maciá. “Este sistema permite ser fabricado en un entorno industrial, reduce los tiempos de construcción y, con una pieza sencilla y un sistema de crecimiento claro, resolver varios requisitos simultáneamente”.
La arquitectura sostenible en España
En España, el sector de la construcción constituye actualmente un 5,3% del PIB, con voluntad de llegar al 9%, según ha declarado el ministro de Economía, Carlos Cuerpo. La importancia de esta industria va, necesariamente, de la mano con la necesidad y voluntad de que la sostenibilidad se convierta en uno de sus pilares. El uso de materiales reciclados y reciclables, la eficiencia energética y las instalaciones de alto rendimiento energético son algunos de los requisitos para poder considerar una construcción como sostenible en España. Desde Green Building Council España apuestan por tener en cuenta otros factores que vayan más allá de la reducción del impacto ambiental, como “ la necesidad de un modelo de economía circular y no lineal, o la importancia de la salud y su relación con la edificación”, según explica Dolores Huerta, directora general de GBCE.
¿Cuáles son los grandes retos en el futuro próximo? El primero, señala Huerta, “es la intervención en el parque edificado existente para frenar su impacto medioambiental y mejorar sus condiciones de habitabilidad. El segundo es la transición de toda la industria de la construcción hacia la neutralidad en carbono y la economía circular”.
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