Estos materiales, cuentan con muchas aplicaciones en el ámbito de las energías renovables. Por ejemplo, el fenol se usa para la fabricación de palas de aerogeneradores o paneles solares. También cuenta con usos más cotidianos como muebles de jardín o salpicaderos y parachoques de coches. Por su parte, la acetona se utiliza como disolvente y es un componente clave para la fabricación de pinturas, recubrimientos, y productos de limpieza y de higiene personal.
Tras el desarrollo industrial exitoso, este proyecto está en fase de escalado en el resto de nuestros centros industriales. El objetivo es que, en 2026, un 5% de las materias primas con las que trabajamos para producir la acetona y el fenol provengan de este tipo materias primas circulares, que hasta ahora eran desechadas y a los que les estamos dando un segundo uso. Esto supondrá utilizar hasta 150.000 toneladas de aceite de pirólisis de residuos plásticos.
En este proceso de producción pionero basado en técnicas de economía circular, empezamos reutilizando en torno a 1.000 toneladas de residuos plásticos de un solo uso convertidas en aceite de pirólisis, mediante un proceso de descomposición termoquímico. Este aceite es que utilizamos en nuestras instalaciones industriales para convertirlo en fenol, acetona y otras materias primas circulares para la industria química.
Cada tonelada que producimos de estos materiales circulares evitamos un 42% menos de emisiones en comparación con las formas de producción tradicionales. Así, seguimos avanzando en los ambiciosos objetivos de nuestra Estrategia de Economía Circular, y aumentamos el uso de materias primas renovables y circulares en nuestros procesos de producción, para impulsar nuestra estrategia hacia el residuo cero.